La cocaína es una droga poderosamente adictiva que causa cambios dramáticos en el cerebro, en el cuerpo y en el comportamiento. Durante los años 80 y principios de los 90 la cocaína se consideraba una droga consumida por personas de alto estatus social. En la actualidad, la cocaína sigue causando estragos en la vida de millones de personas porque se considera una droga ‘socialmente aceptada’ frente a otras de los 80 y 90 como la heroína que fueron repudiadas. Puede que un familiar o amigo sea adicto a la cocaína y no nos hayamos dado cuenta, y necesite un tratamiento contra la adicción a las drogas.
Cinco señales de un adicto a la cocaína
– Cambios extremos de humor: cuando un individuo es adicto a la cocaína, al menos en las primeras etapas, suele ser muy sociable, eufórico, conversador y parece que está en la cima del mundo. Cuando la droga comienza a desaparecer, el estado de ánimo del consumidor cambia. Puede volverse triste, depresivo, hostil y no querer entablar una conversación. Muchas personas se aíslan después de un atracón de cocaína tomando un antidepresivo o alcohol para combatir los efectos residuales de la cocaína.
– Problemas económicos: la cocaína es una droga cara a diferencia de otras adicciones como el alcohol o el cannabis, por lo que un adicto a la cocaína habitualmente suele tener problemas económicos o gasta grandes cantidades de dinero. Además, los efectos de la droga pueden dificultar el mantenimiento del empleo. Como resultado, muchas personas que sufren adicción a la cocaína y abusan de ella, pueden llegar a robar dinero a familiares o amigos o caer en estafas y fraudes para pagar su consumo.
– Cambios físicos: cuando alguien es adicto a la cocaína durante mucho tiempo, a largo plazo se notan consecuencias físicas y psicológicas. Los miembros de la familia pueden notar que su pariente es plano emocionalmente cuando no está drogado. Además, el uso continuo puede hacer que el adicto a la cocaína experimente hemorragias nasales, pierda el sentido del olfato o adelgace mucho como consecuencia de la euforia y la falta de apetito de consumir cocaína.
– Problemas de salud mental: los consumidores de cocaína a menudo experimentan problemas mentales debido al uso continuo de la droga. La paranoia, la ansiedad y la depresión pueden desarrollarse con el tiempo, incluso cuando la persona no está bajo la influencia de la droga. Como resultado, muchos consumidores de cocaína requieren un tratamiento de diagnóstico dual que aborde el trastorno de salud mental y la adicción a la cocaína.
– Síntomas de abstinencia de cocaína: la mayoría de los síntomas de abstinencia del consumo de cocaína son psicológicos. Algunos de estos síntomas incluyen irritabilidad, insomnio y fatiga, depresión y ansias de volver a consumir cuando se está de bajón. Debido a que los síntomas de abstinencia pueden ser complicados para el paciente, se recomienda que aquellos que tengan la intención de dejar de ser un adicto a la cocaína lo hagan bajo el cuidado de profesionales médicos en el tratamiento de adicciones.
Otros síntomas físicos y psicológicos que ayudan a detectar un adicto a la cocaína
– Dolores de cabeza.
– Hipertensión.
– Náuseas.
– Insomnio y problemas para dormir.
– Sudoración excesiva.
– Hiperventilación.
– Pérdida de peso y cambios en los patrones de alimentación.
– Residuos de polvo blanco alrededor de la nariz y la boca.
– Marcas de quemaduras en manos y labios.
– Pupilas dilatadas que pueden ser sensibles a la luz.
– Descontrol y necesidad de encuentros sexuales.
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